miércoles, 13 de julio de 2016

Día 20-31 Enero, situándonos en Sidney


  Este primer día en Sydney fue muy relajante, en parte porque después del movido día de traslado por un lado y el habernos acostado tarde por el otro hizo que yo me levantara bastante tarde, la hora en que lo hizo mi hijo es casi incalificable, de hecho me parece que en el hotel nos llegaron a hacer la cama dos noches escasas.

  Otro detalle que favoreció el que el día fuera tranquilo, es el que mi hijo hubiera escogido la situación del hotel muy centrada respecto a los museos y actividades que posteriormente serían más de nuestro interés, además teníamos muy cerca varios embarcaderos del sistema de transporte público de transbordadores.

   El hotel era de la cadena IBIS, la verdad es que bastante cutre y con un tamaño de habitación muy diminuto, sin desayuno y sin internet, cuyo coste diario era de 10 AUSD, mas o menos 6,6€, algo que está generalizado en los hoteles, solo en las partes comunes existe una franquicia diaria gratis, pero de escasos 30'.

  La verdad es que cuando asomé a la especie de pasillo peatonal que tenía el hotel y que daba a la zona de embarcaderos, me di cuenta de que para un entusiasta (Me resisto a señalarme como Friki), de los ferrocarriles y las motocicletas en particular y de otros elementos técnicos en general, automóviles, barcos, tractores y prácticamente cualquier elemento motorizado como ya hemos visto, el hotel estaba en un sitio ideal.

  Por lo pronto solo tenía que asomarme a la barandilla del pasadizo citado, para ver el metro ligero de Sidney, que realmente es un tranvía pero que en parte de su recorrido circula por una plataforma idéntica al de un ferrocarril, además y como punto accesorio de interés vi que el material móvil esta fabricado por la empresa española CAF, también se distinguían claramente los restos de lo que fue el tren elevado, algo que intuí la noche anterior, que por su baja utilización, consecuencia de su elevado coste había sido abandonado, aunque varias estaciones e incluso los cartelones del trayecto, han sobrevivido integrando su infraestructura como pasarelas peatonales.







  Asimismo y prácticamente enfrente de nuestra habitación estaba amarrado y convertido en restaurante flotante, el que fue el primer transbordador de Sidney, este tenía una placa con todas sus características, entre ellas destacaba el que la maquinaría la suministró el mismo fabricante que la del famoso trasatlántico TITANIC.





  No muy lejos distinguí la silueta de toda una flotilla de guerra, un destructor, un submarino y una patrullera de ataque estaban amarrados con una importante cantidad de diversos botes y pequeños navíos, todos ellos enfrente de un soberbio edificio que era el museo naval nacional, entre al interior donde de momento solo accedí a la tienda de recuerdos, ¡¡ Brutal¡¡, si ese inmenso almacén de productos relacionados con el mar formaba parte del museo, el museo en si tenía que ser "IMPRESIONANTE".









  En las cercanía del museo y evidentemente relacionados con el mar y el descubrimiento de Australia habían unos carteles explicativos en los que destacaba, como no, la figura del capitán Cook y su barco el Endeavour y los tres viajes que realizó.






  También y como no podía ser menos, había todo un memorial dedicado a la inmigración, algo más que normal en un país que se repobló prácticamente en su totalidad, todo y que con un gran lunar negro, ya que se hizo un genocidio muy extendido de las razas aborígenes autóctonas, destacando el caso de Tasmania, donde casí se llegó a extingir la etnia que poblaba la isla, algo por desgracia muy generalizado en el tiempo, por todas "las civilizaciones conquistadoras" , ingleses, españoles, portugueses, franceses, alemanes o italianos, nadie se salva.




 También en la cercanías se podía ver un bello barco de madera de tres palos visitable, el "James Craig", pero al que no me dio tiempo a hacerlo, a su lado vi también un antiguo faro y un barco con un faro incorporado.






  En el mismo muelle en el que estaba amarrado el "James Craig" observe una red de vías claramente ferroviarias, pero que parecían ser de dos tipos de ancho, aunque sin metro tome referencias para poder a posteriori deducir la diferencia entre ambos anchos, la sensación que me dio es que uno de ellos podía ser no standard.




 Lo de los ferrys ya era espectacular solo el poder ver la pericia de los capitanes que los manejaban, acercarse al embarcadero a buena velocidad maniobrando lateralmente mientras hacían una inversión de marcha y todo ello en una sucesión continua de maniobras totalmente acompasadas era todo un espectáculo en si mismo.




  Después de comer "Su eminencia" decidió que ya era hora de levantarse y claro, entonces todo fueron prisas y como quien dice al galope empezamos a hacer una visita a pié por la ciudad, una ciudad grande pero no exagerada todo y que teniendo casi 5 millones de habitantes no tendría que ser así, pero igual que en el caso de Melbourne "la trampa" consiste en que la extensión municipal es superior a la de muchas provincias españolas algo más de 12000Km 2, pero la realidad es que lo que es realmente el centro urbano está mucho menos poblado que la ciudad de Barcelona.

  Todo ello no es óbice para poder observar que la ciudad todavía conserva edificios antiguos en perfecto estado de conservación, al pasearse por sus avenidas uno puede observar que al igual que en Melbourne hay muchas personas de ascendencia asiática, también y casualmente encontré una antigua placa de bronce, conmemorativa de la inauguración del primer ferrocarril metropolitano.







  Los parques públicos de las ciudades australianas están muy bien cuidados y tiene unas proporciones desmesuradas como el del Hyde park que cruzamos, otra cosa a tener en cuenta son las estrictas regulaciones y prohibiciones existentes, y que en muchos casos comportan sanciones muy elevadas, también y como era ya más que habitual, la presencia de la fauna autóctona que mayoritariamente eran aves se hizo notar rápidamente, en nuestro caminar fuimos encontrando diversos monumentos y edificaciones importantes, tales como la catedral de St Mary o la galería de arte de Nueva Gales del Sur, en nuestro caminar nos dirigimos al Jardín Botánico Real, algo que tenía ganas de ver, no es que la botánica sea de un interés especial, pero si de los británicos en general que tiene una ganada fama sobre el tema, la realidad es que me quede anonadado con la espectacularidad y belleza del lugar, donde cientos de especies de todo tipo, color, tamaño y belleza estaban cuidadosamente expuestas.










 Lastimosamente no pudimos estar todo el rato que merecía el lugar, pero las horas de cierre son estrictas y no podíamos correr el riesgo de quedar encerrados, al salir llegamos a una de las innumerables ensenadas de Sydney y me que de absorto al ver aparecer delante de mis ojos un moderno portaaviones, sin embargo y al ir avanzando pronto pudimos ver que realmente eran dos, y la silueta me era muy conocida ya que parecía que fuera idéntico al Juan Carlos I de la ramada española, i así es ya que los dos barcos están fabricados por la empresa española Navantia partiendo del proyecto original del Juan Carlos I y habían sido entregados a la armada Australiana muy pocos días antes de llegar a Australia, posteriormente vimos algún barco más de la armada Australiana ya que realmente rodeamos una base naval.







  Nuestro andar no estaba llevando en dirección  a la ópera de Sydney y al maravilloso puente que cruza en su cercanía, ambos empezaban a distinguirse iluminados ya que anochecía, en la cercanía una multitud de atiborradas terrazas estaban llenas a rebosar, intentamos sin suerte cenar un poco más tarde en un restaurante que tenía muy buena pinta, pero no lo conseguimos en parte por la diferencia de horario de los hábitos australianos, teniendo que conformarnos en tomar una circunstancial cena en una de las terrazas anexa al intercambiador de transportes, Circular Quay, después y en una unidad ferroviaria de dos pisos nos retiramos al hotel, mañana sería otro día.











Próximo capítulo día 21-1 de Febrero por la mañana, Cockatoo Island



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