miércoles, 18 de mayo de 2016

Día19-30 Enero, día de tránsito entre ciudades



    Habían pasado dos semanas y media desde nuestra llegada a Australia y nuestra estancia en Melbourne había finalizado, hoy nos trasladaríamos a Sidney aunque todavía teníamos que comprar los billetes, y la cosa se complicó inopinadamente, en cuanto intentamos comprar los billetes por internet el proceso no era exactamente el habitual y además la conexión se cortaba.
 Ante la inseguridad de que no lo hiciéramos correctamente, nos dirigimos a la estación de Southern Cross para ver si encontrábamos billetes para el tren nocturno hacia Sidney, los había pero con dos graves problemas, el primero que teníamos que viajar en departamentos separados, y el otro el exceso de peso, ya que al menos en la compañía que hacía este trayecto no permitía viajar con mas de 20kg por maleta, con lo que tendríamos cada uno que comprar una segunda maleta.



  Otra cosa que me llamó la atención en la estación de ferrocarril, es que se había prorrogado unos días más el desplazamiento libre por las líneas regionales del PUBLIC TRANSPORT VICTORIA, desde luego si algun dirigente político lee este blog que asimile y aplique la opción cuando sea preciso.



   Volvimos al hotel y preguntamos al recepcionista si había alguna agencia de viajes en las cercanías, este nos dio tres direcciones, las dos primeras estaban cerradas algo que nos extrañó, ya que la mayoría de comercios abren incluso en domingo, pero parece que esto no era la norma en las agencias de viajes, ya teníamos y a un buen precio y con una comisión reducida, los billetes de avión y de hotel, incluyendo el vuelo de retorno a Melbourne ya que el viaje de retorno lo haríamos desde este aeropuerto.



   El vuelo sería ya avanzada la tarde con lo que llegaríamos bastante tarde a Sidney, aprovechamos pués para comer en un burger antes de dirigirnos al aeropuerto, y hacer de paso la última visita a nuestros volátiles amigos que vivían en el establecimiento.alimentándose con los restos de comida que picoteaban en el suelo o en las mesas directamente, no se si les habrán hecho alguna analítica de sangre, pero los indices de colesterol supongo serán altísimos.





  Después de una última visita a las calles de Melbourne nos dirigimos al aeropuerto, con un día que sin ser espléndido permitió que los rayos de sol, aunque tímidos lucieran en el aeropuerto.




   El vuelo no tuvo mas incidencias que una aproximación excesivamente demasiado cercana de otro avión, sin conocer muchos las regulaciones para estos casos, la trayectoria del otro avión daba la sensación de ser completamente evasiva, por lo que  teniendo en cuenta que a 900 Km/h, cada segundo el avión se desplaza 250 m, estuvimos a muy pocos segundos de una colisión.




   Cuando vi la ciudad de Sidney desde el aire me pareció enorme y que estaba asentada en una ría como si fuera una ciudad gallega, la lluvia arreciaba algo que ya me parecía de lo más normal todo y ser verano, con lo que se formó una cola kilométrica para coger un taxi.




  Suerte que al menos cuando llegamos al hotel este tenía en la habitación un calentador de agua con infusiones y café liofilizado, aunque con sinceridad era el único lujo, ya que la habitación y el baño eran diminutos, además de ser ( 200 AUSD ) con internet de pago a 10 AUSD diario y sin desayuno, todo y que hay que reconocer que bien situada y con buenas vistas.








     Esta primera noche salimos simplemente para cenar, viendo que la torre que domina la ciudad estaba muy cercana, divisando asimismo un restaurante flotante en el que cenaríamos una noche y la vista nocturna  de la fabulosa ópera de Sidney, al alargar el paseo hasta Circular Quay, un intercambiador de ff.cc y transbordadores fluviales con diversas líneas entre ambos márgenes de la ría donde se aposenta Sidney, algo que recordando la vista de la ciudad desde el avión no era nada extraño, también en el paseo me fijé en un hotel de alta gama, pero lo que realmente me llamó la atención fue su nombre, Four Seasons, Las Cuatro Estaciones, ya empecé a imaginar que el sambenito sobre el tiempo muy variable también era aplicable a Sidney.





 Sidney también tiene una línea de tren ligero o tranvía y tuvo hasta hace unos años un ferrocarril aéreo ya desaparecido, pero eso sería la sorpresa del día siguiente................






lunes, 9 de mayo de 2016

Dia18-29 Enero, último día en Melbourne, tranvías, tranvías, tranvías..........



  Era nuestro último día en Melbourne ya que nuestra última semana en Australia la pasaríamos en Sydney, ya totalmente liberado de su trabajo, mi hijo estaba dispuesto a buscar todas las playas habidas y por haber, algo que a mi no me hacía para nada mucha gracia, me gusta la playa un rato para bañarme, pero jamás me ha gustado tostarme al sol, y teniendo en cuenta mi experiencia con la capa de ozono australiana pensaba escabullirme en cuanto pudiera.
  El día empezó con una manifestación individual contra el racismo, con un fondo de oscuras nubes que no presagiaban nada bueno.





  Ese último día habíamos pensado ir a ver algún partido del abierto de tenis de Australia, pero no encontramos entradas , además el cielo continuó oscureciéndose, y mientras estábamos en las taquillas empezó a llover.





    Así que nos dedicamos a circular sin rumbo fijo paseando libremente por la ciudad, yo empecé a fotografiar todo elemento ferroviario que se puso delante de mi cámara.









   Se acercaba la hora de comer y recordé que el día que visité el museo de los bomberos, volvía pie y había visto un restaurante con cara y ojos, algo dificil de encontrar bajo mi punto de vista, así que nos acercamos y comimos en el, yo que soy de pescado me comí un salmón salvaje del pacífico que estaba exquisito y mi hijo un taco de carne que estaba según el magnífico, además pude degustar un café más que aceptable, algo que en Australia es casi un milagro.






  El local estaba decorado con unas magníficas obras de arte de una chica, como me gustaron hice una pequeña consulta en internet y resultó que tenía ya cierta categoría y alguna de sus obras ya se cotizan a un precio bastante elevado.





  El resto de la tarde continuamos dando vueltas sin rumbo fijo por a ciudad, y hasta encontramos una calle que si no fuera por el tiempo y los tranvías, podría parecer la misma Sevilla, ya que era el lugar de partida de unos carros de caballos para visita turística muy parecidos a los de la ciudad andaluza.














El día finalizaba y mañana partiríamos, todo y que no teníamos ni el vuelo a Sidney ni el hotel, y además tendríamos que retornar a Melbourne ya que el vuelo de vuelta lo haríamos desde aquí.



Próximo capítulo Día 19-30 Enero, día de tránsito entre ciudades.

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