martes, 15 de marzo de 2016

Día 14-25 Enero, depósitos y edificios


  Desde el primer día en que visité los dos primeros depósitos de tranvías, me conjuré conmigo mismo para ver la totalidad de los mismos, que son nada menos que ocho, consecuencia de ser la mayor red tranviaria del mundo.
  Unos datos de mayo del 2014, nos indican que en este momento la red tenía 250Km, 497 tranvías , 25 líneas y 1673 paradas, unos números que pasados casi dos años, seguro han aumentado.
  No me arrepiento de la idea de visitarlos, ya que lo hice siguiendo las indicaciones de la app que tenía instalada en el móvil, que indicaba las líneas de tranvías que me acercarían a mi objetivo y todo ello sin tener conexión a internet, solo por GPS, si a alguien le interesa, que busque HERE Maps en Play Store.
  Fue de esta manera que descubrí el Melbourne real el del extrarradio y en el que vi muchas cosas curiosas, a veces las aficiones como las del ferrocarril (tranvías) o motor, o las que sean, nos descubren o nos ofrecen como en mi caso los vuelos de los aviones, cosas insospechadas.
  El primer depósito que quería ver ese día era el de Camberwell, sito en el suburbio de Hawthorn East a unosn7 Km del centro comercial, está en activo desde finales de 1929, en el camino de acceso al mismo pase por la parada provisional 7B del Rod Lavel Arena, una parada que solo se utiliza en los grandes torneos de tenis, la última parte del recorrido la hice en el tranvía de la línea 70, al bajar pude apreciar la belleza arquitectónica de una iglesia con el mismo nombre del depósito y que estaba a escasos metros del mismo.






  Después de hacer unas tomas dentro de la posibilidad de aproximación que hice, pude obtener gracias al teleobjetivo unas buenas imágenes del interior e incluso de una furgoneta de servicio, quizás podía haber intentado entrar unos pocos metros en el depósito, todo y que no me gusta ser advertido, aunque viendo el talante australiano, pienso que sin excederse se puede intentar.










  Después de ver este primer depósito vi que iba sobrado de tiempo, y como desde el tranvía había visto toda una serie de concesionarios de coches deportivos de los de alta gama, decidí dirigirme al siguiente depósito, utilizando el tranvía solo en el primer tramo.
  Fue así que viajando de esta manera, pude ver unas casas antiguas que en muchos casos, superaban los 100 años muy sobradamente, algo que no me dejó de sorprender en una ciudad con la modernidad de Melbourne, y así pude ver muy agrupados los concesionarios de Ferrari, Lamborghini, Audi y otras marcas de prestigio. 
















Una vez encargue mi Lamborghini por unos modestos 150 AUS $, me dirigí ya con los tranvías 75 y 48 a mi siguiente destino al ya centenario depósito de Kew, ya que abrió el 8 de Mayo de 1915, destacar en el último tramo del trayecto que para cambiar las agujas, la conductora tuvo que bajar y utilizar la clásica palanca como en los viejos tiempos, todo esto sin dejar de maravillarme con las antiguas casas de planta baja y un máximo de dos plantas.










 El depósito de Kew además de tener una entrada principal tenía una lateral, que por lo que vi se utiliza como vía de reserva, ya que un tranvía estaba preparado para poder incorporarse a la línea en cualquier momento.










  Después de hacer la correspondiente sesión fotográfica fui combinando el camino a pie y los tranvías para llegar al tercer depósito del día, el de Malvern, durante el trayecto que fue bastante largo pude ver otra importante cantidad de casas, y hasta un antiguo Rolls Royce, pero lo mas bueno de todo fue encontrar un restaurante genuinamente español en las cercanías del depósito, por desgracia era su día de fiesta, pero apuntada queda su dirección.













 Después de visitar y fotografiar todo el depósito y observar una reminiscencia del pasado en las ciudades españolas, como son los cables de distribución aéreos que en Australia son la norma en todos los lugares, salvo en las partes mas "fashion" de las grandes ciudades, me dirigí a comer, menos mal que cerca del restaurante español, había uno italiano, en el que realmente comí bien.













  Después de comer me dirigí al depósito de Glenhuntly, abierto en 1923 es uno de los más grandes y el más alejado de los visitados ese día, ya que estaba a unos 10Km del centro, en el viaje a mi destino la cantidad de iglesias y casas en variedad, colorido y antigüedad me apabulló.











 El cuarto y último depósito del día, Glenhuntly, era muy grande y casi inaccesible al menos visualmente, esto me obligó a dar una vuelta completa a la manzana y las calles que lo bordeaban, para poder obtener algún sitio donde poder fotografiar, lo que pude conseguir de alguna manera. 












 Era hora de volver, y como en el camino había localizado la estación Elsternwick del Metropolitano volví en este medio de transporte, ya que con esa distancia era mucho más rápido, cuando bajé en mi destino final, la estación de Flinders Street y salí a la calle quede absorto, eran poco más de las 5 de la tarde y como los horarios laborales son casi comunes, la marea humana que entraba y salía de la estación, no dejaba ver otra cosa en la enorme avenida.







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