jueves, 10 de marzo de 2016

Día 13-24 de Enero mañana, fuego, religión y arquitectura



 Era domingo, y mi amigo Phil volvía a su hogar en Tasmania, había quedado con mi hijo el mediodía para comer y hacer una visita al edificio más alto del hemisferio sur, por lo que no quería hacer nada que supusiera tener que desplazarme fuera de Melbourne para tener más tiempo disponible, el museo de incendios estaba a menos de 2 km del hotel y estaba muy cerca del impresionante edifico de la catedral católica, la opción era ideal, además no había visto jamás un museo de bomberos y es un tipo de trabajo que siempre me había atraído.
  Para llegar al museo cogí uno de los tranvías que tenían su parada a un centenar de metros escasos del hotel, el día había amanecido encapotado y lluvioso tal y como había pasado los últimos días, después de cuatro o cinco paradas, llegué al museo, este en realidad era el antiguo parque de bomberos que cuando quedó obsoleto por falta de espacio se reconvirtió en museo, mientras el nuevo parque pudo ser adosado justo al lado del antiguo, asegurando una continuidad.







  El edificio arquitectónicamente era muy bonito con unas salas interiores de gran empaque y presencia, las estancias y lo que representaban muy bien logradas daban una sensación de realidad apabullante, fotografías , cuadros, maniquís, decoración, mobiliario, vitrinas, reflejaban más que correctamente la historia del cuerpo de bomberos de Melbourne.











  Tal y como empezaba a estar acostumbrado, un cuadro memorial, en este caso con el nombre de los fallecidos en servicio estaba presente, además de una selección de uniformes, insignias y sobre todo uniformes, algunos de ellos mas que centenarios y que sin embargo estaban en un estado excepcional de conservación, me fijé en buscar algún rastro del efecto de las polillas o el tiempo, y me fue imposible.







   En cuanto a uno de los elementos más característicos de los bomberos, el casco, para un coleccionista, que los hay, poder elegir unas unidades sería todo un problema, ya que quizás eran varias decenas y todas diferentes los expuestos, la Australia superlativa otra vez presente.







  La sala principal como era más que evidente, era la que exponía los vehículos utilizados en diferentes épocas, desde una modesta bicicleta, al más clásico carro de caballos, pasando por uno de los primeros ejemplares a motor o un mas moderno Dodge.








  El museo tiene una planta superior conservada tal y como estaba en sus últimos días de funcionamiento, la central de llamadas, asociada a toda una serie de armarios como si fueran enclavamientos, la verdad es que lo explicaron pero lamentablemente no lo entendí, de todas maneras era un centro de control que parecía muy avanzado para su época.








  Antes de salir me fijé en un monitor, en el se visualizaba toda una colección de diversos y variados coches de bomberos, la nota adjunta no dejaba lugar a dudas ¡¡ Han conservado más de 100 vehículos ¡¡ que se exhiben rotatoriamente  ¡¡, después de fotografiar alguna de estas maravillas , me paso y compro algún objeto en la tienda de objetos de regalo, la lástima es que no puedo comprar casi nada, y no por problemas económicos, si no por problemas de peso, las líneas aéreas son estrictas y para esto salvo dejar parte del equipaje no hay solución.







  Al salir fotografié desde varios ángulos el edificio, ya que es un bonito ejemplo de arquitectura industrial, a su lado el nuevo parque de bomberos, y a través de los cristales se divisaba parte de la flota actual.







  En pocos minutos estaba en la catedral católica de San Patricio, aunque en honor a la verdad hasta para eso son exagerados los australianos, ya que hay una catedral ortodoxa índia, otra católica ucraniana, la anglicana de San Pablo, una ortodoxa Rusa y la antigua anglicana de San Jaime, desde luego variedad existe.
  La catedral es uno de los mas reconocidos ejemplos de arquitectura neogótica y tiene una altura de 105m, el papa Pablo VI la visitó en 1970 y le concedió el título de basílica menor en 1974, realmente tiene una estructura de bella estampa y sus proporciones una vez en su interior denotan una generosidad de proporciones muy grandes, destaca sobre manera su exterior que debido a su altura se divisa a gran distancia.







 Continue andando y no tarde en encontrar una bonita iglesia luterana alemana. 




   La zona por la que paseaba era por decirlo de alguna manera, la de transición entre el Melbourne central económico y financiero donde me alojaba y el Melbourne real donde vive la mayor parte de la población, y en esta parte todavía sobreviven un abanico muy importante de edificios antiguos, algunos de ellos de aspecto típicamente colonial y otros mas regios como el antiguo edificio del tesoro con una arquitectura más convencional todo su antigüedad.








   El edificio del tesoro es donde finaliza una de las calles mas comerciales y bulliciosas del Melbourne de los negocios, Collins Street un calle que llegué a conocer de memoria ya que es donde cogía cada día el tranvía y en una de cuyas transversales estaba Market street donde pernoctaba, así que me dispuse a pasear descendiendo por ella a buscar a mi hijo para comer y después visitar el EDGE, así de paso vería algunos edificios interesantes que han sobrevivido, muchos de ellos ocupados por firmas de postín, por lo que tienen su supervivencia asegurada, la calle es una ostentación de riqueza, que se ve salpicada por la triste realidad de la pobreza urbana, de la que tampoco se escapa Melbourne, y puedo asegurar que vi muchos casos similares.







  El domingo como día festivo no existe estrictamente en Australia, las principales tiendas abren todos los días por lo que si quieres comprarte un coche en domingo, no tendras mayor problema.


  Había llegado al cruce de Collins St con Russell St donde hay toda una auténtica selección de iglesias de diversos credos que luchan por su cuota de mercado, sigo admirando la gran cantidad de edificios majestuosos algunos de los cuales fotografio para que mi buen amigo Valentí se deleite.










  Finalmente había llegado a la catedral anglicana de San Jaime, iría a comer con mi hijo y después pasaría el resto del día con el.







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